Calheta

Calheta es un encantador pueblo, sede de ayuntamiento, situada entre el sur y el extremo oeste de la fantástica Isla de Madeira, siendo famosa por su posición estratégica y por los fértiles suelos que producen el muy apreciado vino de Madeira y las famosas Bananas Madeirenses.

El topónimo del pueblo proviene de los tiempos de colonización de la Isla, cerca de 1420, cuando en estos lugares más al sur, debido a la facilidad de accesos, fueron establecidos puestos de cobranza, denominados de “calhetas”, sobre los derechos de los bienes que la isla proveía, como el azucar, las importantes maderas, entre otros.

Hoy en día una región muy desarrollada, Calheta aún mantiene su importancia agrícola y de pesca, aprovechando lo mejor que los suelos y el rico mar ofrecen, aunque por la región se han ido desarrollando a lo largo de los tiempos varias industrias, muchos servicios y, claro, un franco crecimiento turístico.

Vale la pena aprovechar lo mucho que el pueblo tiene para ofrecer, como la manuelina Iglesia Matriz del Espírito Santo, que posee un tabernáculo de ébano y plata que le había donado el rey D. Manuel I, o la Casa de la Misericordia de 1535. El Centro de las Artes Casa das Mudas, en una moderna arquitectura, promueve el Arte y la Cultura de la región, en un complejo que alberga espacio expositivo, biblioteca, auditorio, tiendas, restaurantes y servicios pedagógicos.

Tierra de gran tradición y poderío en la producción de caña de azucar en otros tiempos, mantiene aún hoy uno de los pocas plantaciones de caña de azucar, aún en funcionamiento en la Isla de Madeira que vale la pena conocer.

Otros grandes valores turísticos y de ocio de Calheta es su Puerto de Recreo, con espacios verdes, terrazas, restaurantes, recorridos peatonales, kioskos e instalaciones náuticas, y la Playa de Arena Amarilla, traida de Marruecos y de Figueira da Foz, que contrasta fuertemente con las restantes playas de piedras de la Isla. 

La región de Calheta es también famosa por otra caraterística bien madeirense, su típica artesanía, con saberes y técnicas bien antiguas, se van manufacturando piezas de tela, azulejos, madera, las muy famosas figuras de paja de bananero, los cestos y el muy conceptuado bordado de Madeira.