Barcelos
Información
Barcelos es una bonita ciudad del norte del país, sede de un gran municipio , bañada por el rio «Cávado», bien en el corazón de la región miñota, muy famosa por sus productos artesanales, de cerámica, con el famoso Gallo de Barcelos, ya transformado en símbolo nacional.
Los orígenes de la localidad de Barcelos son muy antiguos, remontando a poblados prehistóricos y habiendo sido habitada por diversos pueblos como cartagineses o romanos.
En 1140 recebíaa ya foral del primer rey portugués, D. Afonso Henriques, testimoniando esto la importancia del lugar que desde siempre asumió una posición estratégica en la comunicación entre el litoral e interior, Portugal y Castilla.
Tierra de rica historia y fuertes tradiciones es, también, dueña de un patrimonio fenomenal, como es visible cuando se llega a la ciudad a través de su puente del siglo XIV, o en su Iglesia Matriz (siglo XIII), en la Torre de Homenaje (siglo XV), en el románico/gótico Pilar, en la Iglesias de Nossa Senhora do Terço, de la Misericordia y del Buen Jesus da Cruz o incluso en las ruinas del Palacio de los Duques de Bragança o de los Condes de Barcelos donde está instalado el Museo Arqueológico.
Célebre por su cerámica, no faltan en Barcelos tiendas de artesanía con auténticas obras de arte, y la muy famosa Feria semanal realizada en la antigua plaza de la Feria y con orígenes en el siglo XV, donde se vende de todo un poco. Para no perder es la Fiesta de las Cruces, anualmente a inícios de Mayo, realizada ya desde el siglo XVIII.
Muy interesante en Barcelos es el Museo de Cerámica y el Centro de Artesanía.
La leyenda del Gallo de Barcelos...
Se dice que un peregrino gallego que se preparaba para abandonar Barcelos en peregrinación hasta Santiago de Compostela fué acusado de robar y condenado a morir en la horca. El peregrino al proclamr su inocencia al juez, que se preparaba para comer un gallo asado, dijo que el gallo cantaría como prueba de que no había robado nada. El juez no le creyó pero, en el momento en que lo iban a ahorcar , el gallo se levantó y cantó. El juez, aún a tiempo, comprendió su error, corrió a la horca y descubrió que el gallego se había salvado gracias a un nudo mal hecho. De acuerdo con la leyenda, el gallego volvió años más tarde para esculpir el Crucero del Señor del Gallo, hoy en día presente en el Museo Arqueológico de Barcelos.